El aumento de la capacidad de generación de energía renovable en Cataluña durante el año 2023 ha sido de 34,39 MW, una cifra considerablemente menor que la del año anterior, según el Observatorio de Energías Renovables. Este hecho pone de manifiesto que Cataluña está perdiendo terreno en la soberanía energética.
La cobertura de la demanda eléctrica con energía renovable ha sido del 13,6%, lo que está lejos del objetivo del Govern para el 2030 de alcanzar el 50% con fuentes limpias. Este retraso se atribuye al bloqueo de proyectos eólicos y fotovoltaicos en proceso de tramitación.
En cuanto a las importaciones, han sido la segunda fuente de suministro de electricidad en Cataluña, debido a la disminución de la generación hidráulica por la sequía, la energía nuclear y el gas fósil. Estas importaciones han cubierto el 14,2% de la demanda eléctrica.
La eólica se ha posicionado como la fuente renovable más importante, cubriendo el 7% de la demanda eléctrica, seguida de la hidroeléctrica con un 5% y la solar fotovoltaica con un 1%. Sin embargo, la tramitación de proyectos renovables se ha convertido en un embudo debido a dificultades administrativas y a la lentitud en los procesos. Los tiempos de espera se han prolongado hasta casi 1.500 días, lo que aleja a Cataluña de las metas establecidas en la Prospectiva Energética 2050.
Es urgente implementar cambios en el proceso de tramitación de proyectos para evitar la pérdida de interés de los promotores en invertir en Cataluña. Simplificar los procedimientos administrativos, aumentar el personal encargado de resolver los expedientes y brindar apoyo a la actividad de la administración son medidas necesarias para revertir esta situación.