Desde 2022, el gas ha adquirido un papel fundamental en el mercado energético, especialmente después de la invasión de Rusia a Ucrania y las consecuentes amenazas de cortes en el suministro. Este escenario ha provocado una gran volatilidad en los precios del gas tanto en Europa como en Estados Unidos. A pesar de esto, algunos expertos anticipan que podríamos entrar en una era de precios bajos debido a un posible superávit en el mercado. Según ING, la capacidad de producción de GNL aumentará en un 45% para 2030, mientras que la demanda solo lo hará en un 35%.
Diversos países, como China y Japón, están considerando alejarse del gas natural licuado y optar por otras fuentes de energía, como la energía nuclear. China, por ejemplo, tiene programados 21 proyectos de energía nuclear, lo que representa el 37% de la inversión mundial en este sector. En cuanto a Japón, el país se está alejando del GNL a medida que recupera su capacidad nuclear y se enfoca en las energías renovables.
Asia se perfila como una región clave en el mercado del gas, con una demanda en constante crecimiento que podría desencadenar un superávit. China, Japón y Corea del Sur representaron el 45% del suministro mundial de GNL en 2023. Se espera que esta región lidere el crecimiento de la demanda de petróleo y gas a nivel mundial para 2028, principalmente debido a su dependencia del carbón y su interés en diversificar sus fuentes de energía.
Según los análisis de Patterson, se espera que los precios del gas comiencen a disminuir hacia 2030, impulsados por un posible superávit en el mercado. Aunque se prevé un equilibrio en 2024, la capacidad de almacenamiento del gas lo convierte en una fuente de energía crítica en momentos de tensión.El gas, clave en la transición energética mundial
La importancia del suministro energético confiable en medio de la creciente electrificación de las necesidades energéticas de los usuarios finales ha sido resaltada por expertos de Mckinsey. En este sentido, la generación de energía a gas se presenta como una opción viable para equilibrar la intermitencia de las energías renovables y garantizar un suministro asequible y seguro.
Perspectivas para el mercado de gas en los próximos años
Según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía, se espera un mercado de gas más relajado en los próximos años, gracias al crecimiento de la demanda en Asia que puede ser contrarrestado por una mejora en la producción y una menor demanda en otros mercados. A pesar de altos niveles de inventarios y buenas perspectivas de suministro, factores como tensiones geopolíticas, restricciones al transporte marítimo y condiciones climáticas adversas podrían generar volatilidad en los precios del combustible.
Desaceleración del crecimiento en la demanda de gas
El consumo global de gas ha experimentado una desaceleración en su crecimiento, con un aumento del solo 0,5% en 2023 luego de una caída del 1,5% en 2022. Se espera un repunte en la demanda liderado por China en 2024, aunque la disponibilidad limitada de suministros y la nueva capacidad de GNL post-2024 plantean desafíos en términos de satisfacer esta creciente demanda.
Impacto de las energías renovables y nucleares en la demanda de gas
El avance de las energías renovables y la mayor disponibilidad de energía nuclear han ejercido presión sobre la demanda de gas, tanto en Europa como en mercados maduros de Asia, lo que ha contribuido a la disminución de los precios. A pesar de ello, la industria del gas prevé un aumento en la producción en los años venideros, con una producción en constante crecimiento.
EEUU y Catar a la vanguardia de la producción de GNL
Estados Unidos y Catar se perfilan como líderes en la exportación de GNL en las próximas décadas, con una capacidad de oferta y suministro en constante crecimiento. Estados Unidos se proyecta como el principal exportador de GNL del mundo, con un aumento significativo en su capacidad de exportación. Por su parte, Catar también busca posicionarse como un importante exportador de GNL, con ambiciones de expansión y liderazgo en el mercado internacional.Nuevo auge del mercado de gas natural ante un superávit global liderado por EE. UU. y Catar
La producción de gas natural licuado (GNL) está experimentando un nuevo auge en el mercado internacional, con Estados Unidos y Catar a la cabeza como principales impulsores de este crecimiento. A medida que varios países aumentan su capacidad de exportación y se preparan para una competencia feroz, se vislumbra un escenario de abundancia de gas en los próximos años.
Catar se encuentra en pleno proceso de expansión de su capacidad de exportación de GNL, pasando de 105.000 millones de metros cúbicos a 193.000 millones para el año 2030. Esta nación cuenta con costos de producción muy bajos, lo que le otorga una ventaja competitiva en un mercado que se espera sea dominado por el excedente de oferta hacia el final de la década.
Por otro lado, países como Australia y Rusia enfrentan desafíos en sus respectivas industrias de gas. Australia ve disminuir su rentabilidad en la exportación de gas, mientras que Rusia se ve limitada por sanciones y retrasos en proyectos clave. En contraste, actores emergentes como Mozambique, Nigeria, Gabón y Mauritania pretenden disparar su capacidad de GNL hasta 37.000 millones de metros cúbicos para el año 2030.
Una posible ‘OPEP del gas’
Ante la perspectiva de un mercado saturado de gas, surgen propuestas como la creación de una ‘OPEP’ del gas por parte de Rusia e Irán, dos de los mayores productores a nivel mundial. Esta alianza busca evitar la competencia entre ellos y actuar como un único operador en el mercado internacional.
Estados Unidos se posiciona como un gran ganador en la producción y exportación de gas, lo que ha incentivado la colaboración entre Rusia e Irán para contrarrestar su influencia. La posible adhesión de otros países a esta alianza podría influir en la estabilización de los precios y en la regulación del mercado de gas a nivel global.
El futuro del mercado de gas natural se presenta prometedor, con perspectivas de un crecimiento exponencial en la oferta y demanda de GNL. Países de todo el mundo están adaptando sus estrategias para aprovechar este nuevo escenario energético, en el que el gas natural y el GNL se perfilan como los principales protagonistas de la próxima década.El mundo se prepara para un auge del gas
El mercado global está experimentando un auge sin precedentes en la producción de gas natural, liderado por países como Estados Unidos y Catar. Este fenómeno está generando un excedente masivo de gas en todo el mundo, lo cual podría tener consecuencias significativas en la industria energética a nivel global.
Las proyecciones indican que el suministro de gas natural continuará aumentando en los próximos años, lo que podría resultar en una caída de precios y una mayor disponibilidad de este recurso en el mercado internacional. Esta nueva era de gas barato se presenta como una oportunidad para aquellos países que dependen en gran medida de la importación de energía, ya que podrían ver reducidos sus costos y mejorar su seguridad energética.
Implicaciones para la economía mundial
La abundancia de gas natural barato podría tener un impacto significativo en la economía mundial. En primer lugar, se espera que los precios más bajos del gas beneficien a las industrias que dependen de este recurso, como la industria química y manufacturera. Además, los países que tradicionalmente importan gas podrían ver una reducción en su factura energética, lo que podría impulsar el crecimiento económico a nivel global.
Desafíos y oportunidades para los productores de gas
Si bien la abundancia de gas barato representa una oportunidad para muchos países, también plantea desafíos para los principales productores de gas natural. En un mercado saturado, es probable que los precios del gas se mantengan bajos, lo que podría afectar los ingresos de los países exportadores y provocar una mayor competencia en el sector.
Conclusiones
En definitiva, el mundo se encuentra en el umbral de una nueva era de gas barato, impulsada por un superávit global liderado por Estados Unidos y Catar. Esta tendencia podría tener importantes implicaciones económicas y geopolíticas a nivel mundial, y es fundamental que los países se preparen para adaptarse a este nuevo escenario energético.