España tiene 353 comunidades energéticas repartidas por todo el país, lo que representa el 4 % de los municipios con este modelo renovable. El País Vasco lidera en número de comunidades energéticas al cierre de 2023, con la mayor concentración por municipio. Este dato se desprende del informe del Observatorio de Comunidades Energéticas ‘Energía Común’, elaborado por Ecodes, Redeia y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
Incentivos y avances legislativos marcaron el año 2023 para las comunidades energéticas en España, según el primer informe presentado en junio. El director del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), Joan Groizard, destacó la participación ciudadana en esta transformación energética hacia las renovables y el autoconsumo compartido.
El Observatorio, impulsado por entidades clave, integra aspectos económicos, energéticos, sociales y de gobernanza, reflejando el compromiso de las comunidades para resolver problemas como la pobreza energética. El informe analiza variables como el número de comunidades, participación ciudadana y aspectos financieros y sociales, con el objetivo de identificar nuevas tendencias y evaluar el impacto de marcos legales e incentivos.
Apoyo a iniciativas sostenibles
Redeia, operador global de infraestructuras de energía y telecomunicaciones, respalda las comunidades energéticas como motor de la transición ecológica justa. El director de Sostenibilidad de Redeia, Antonio Calvo Roy, enfatizó que estas iniciativas reflejan el compromiso ciudadano con la sostenibilidad. Por su parte, Víctor Viñuales, director ejecutivo de Ecodes, resaltó el papel crucial de las comunidades energéticas en la gestión, producción y consumo de energía de forma sostenible.
Indicadores y resultados
El informe detalla indicadores a nivel nacional, como el número de comunidades, porcentaje de municipios con estas comunidades, participación femenina en las Juntas de Gobierno, tipos de participantes, actividades desarrolladas y formas de financiación. La población participante se ha calculado en 0,74 comunidades energéticas por cada 100.000 habitantes a nivel nacional.
El Observatorio reveló que solo el 22 % de los miembros de las Juntas de Gobierno de las comunidades energéticas son mujeres. Destaca la participación ciudadana en más del 95 % de las comunidades energéticas, demostrando el interés general por este modelo energético colaborativo y sostenible en España.Comunidades energéticas: implicación de la ciudadanía y roles de los ayuntamientos
La mayoría de las llamadas comunidades energéticas no cuentan con la participación de la ciudadanía, convirtiéndose en parte del sector energético. Otros actores importantes son los comercios locales (42%), las empresas en polígonos industriales (28%) y entidades de la sociedad civil (22%). Los ayuntamientos juegan un papel crucial, representando el 45% de la implicación, siendo decisivos para el avance y gestión de estas iniciativas renovables. Los roles que pueden asumir los ayuntamientos incluyen ser promotores, socios, facilitadores, financiadores, consumidores y productores. El rol más común en las comunidades energéticas analizadas es el de facilitador seguido de promotor.
Autoconsumo y cooperativas: pilares de las comunidades energéticas
El autoconsumo fotovoltaico es la actividad predominante en las comunidades energéticas, seguido de la formación y sensibilización en temas energéticos. En cuanto a las figuras jurídicas más utilizadas, las cooperativas y asociaciones son las más comunes. En relación con la financiación, se observan diferentes modelos de financiación tanto internos como externos, con proyectos que combinan varias fuentes de financiación. A nivel nacional, las ayudas públicas y los fondos propios son las formas más habituales de financiación.
La importancia del País Vasco en las comunidades energéticas
El País Vasco destaca como la comunidad autónoma con mayor número de comunidades energéticas en funcionamiento. Las cifras muestran que el 35% de sus municipios cuentan con una comunidad energética, muy por encima del promedio nacional. La participación ciudadana es fundamental en estas iniciativas, y el autoconsumo es una práctica común. Los ayuntamientos desempeñan roles tanto de facilitador como de promotor en la mayoría de los casos. Las cooperativas son la figura jurídica más demandada, y la mayoría de las comunidades tienen menos de 20 participantes. En cuanto a la financiación, el 95% proviene de ayudas públicas.
Conclusión: el potencial de las comunidades energéticas
Aunque existen 353 comunidades energéticas en funcionamiento, representan solo una pequeña fracción de las que podrían existir. El informe destaca que solo el 12% de estas comunidades tienen su primer proyecto energético operativo, debido a obstáculos burocráticos y retrasos en el proceso. Es evidente que las comunidades energéticas tienen un gran potencial para abordar la pobreza energética y promover la participación ciudadana en la transición hacia un modelo energético sostenible.