La energía solar flotante tiene un enorme potencial y crecerá en torno al 22% anualmente a lo largo de los próximos años. Lo dice la asociación SolarPower Europe, y calcula que los embalses del mundo podrían albergar unos 23.300 GWp de capacidad con esta tecnología. En el caso de Europa, podría cubrir un 10% del agua embalsada y alcanzar 157 GW de capacidad instalada, suficiente para producir hasta el 6% del consumo energético del viejo continente.
En todos los escenarios analizados por la asociación europea, Suecia, Finlandia y España se encuentran entre los cinco primeros países con mayor proyección para esta tecnología, gracias al gran tamaño de los embalses disponibles. El carbón, paradójicamente, puede ser también un aliado para el desarrollo de la FV Flotante ya que las antiguas minas de extracción de este mineral tienen grandes embalses de agua, lugares idóneos para instalar los paneles solares.
Ciñéndonos a España, Sierra Brava, de 1,37 MW, puede presumir de haber sido la primera gran planta solar fotovoltaica flotante conectada a la red eléctrica, hecho que ocurrió en julio de 2020. La instalación lleva el sello de Acciona Energía, se ubica sobre una pequeña parte (0,07%) del embalse de Sierra Brava (Zorita, Cáceres) e inicialmente constaba de cinco sistemas flotantes independientes con 600 módulos fotovoltaicos cada uno. Nació como proyecto demostrativo, concebido para estudiar las soluciones técnicas más adecuadas para la instalación de paneles solares sobre la superficie de lagos o embalses -no solo en España sino en todo el mundo- y contó con financiación del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI).
Posteriormente, en el primer trimestre de 2024, Acciona instaló junto a los cinco sistemas iniciales otro mas, en este caso formado por una membrana hidro-elástica reforzada de 2 milímetros de espesor, que sirve de base para 770 módulos fotovoltaicos. La membrana consta de un sistema propio de amarre y anclajes al fondo que le otorga mayor flexibilidad y resistencia ante fuerte oleaje y viento, lo cual permite que se pueda utilizar tanto en embalses y pantanos como en el mar. Además, los módulos están fijos a 0º, gracias a lo cual se evita el “efecto vela” cuando hay rachas de viento.
Sin dejar Extremadura, en Badajoz nos encontramos con otras de las dos plantas solares flotantes de mayor envergadura que hay de momento en España. Una de 1,9 MW, situada en el término de Villagonzalo y encargada por la Comunidad de Regantes del Canal del Zújar con el objetivo de reducir sus costes energéticos; y otra de casi 1 MW en la finca El Cerdeño, situada en la comarca de las Vegas Altas del Guadiana, una zona conocida por sus condiciones ideales para el cultivo de frutas. Ambas usan la tecnología Isifloating e Isigenere, especialmente diseñada para optimizar la generación de energía en todo tipo de cuerpos de agua.
En Madrid, Canal de Isabel II adjudicó a Ferrovial en marzo de 2023 la puesta en marcha de una instalación solar flotante de 1,7 MW en el depósito inferior de la histórica central hidroeléctrica de Santa Lucía, ubicada en el término municipal de Torrelaguna. La energía generada por esta planta, equivalente al consumo anual de unos 1.400 hogares (según datos de Canal de Isabel II) y tiene como finalidad compensar con fuentes renovables los consumos energéticos de la actividad de suministro de la empresa pública, que desde 1851 se encarga de la gestión del ciclo integral del agua de la Comunidad de Madrid.
La siguiente parada nos lleva a Baleares, donde hace apenas un mes concluían las obras de la mayor planta solar flotante del archipiélago. Está situada en la balsa de riego de Capdepera (Mallorca), suma 2.528 paneles solares y tiene una potencia de 1,47 MW. SUD Renovables ha desarrollado el proyecto en colaboración con G-ener Renovables, con el apoyo del Instituto Balear de la Energía (IBE). Actualmente se están construyendo otras tres instalaciones de este tipo en las balsas de riego de los municipios mallorquines de Santa Maria del Camí, Consell y Ariany, que sumarán una potencia de 2,1 MW. El IBE proyecta la instalación de otras cuatro en balsas ubicadas en los municipios de Inca (1,4 MW), Artà (2,8 (MW), Ciutadella (0,5 MW) y Santa Eulàlia des Riu (0,5 MW).
La primera gran planta solar fotovoltaica flotante de Cataluña se está instalando en las aguas de una balsa de riego en Alfés, en el Segarra-Garrigues (Lérida) y tendrá 2,1 MW de capacidad, aportada por 3.500 módulos. El proyecto comenzó a tramitarse en 2023 pero varios informes desfavorables de la Generalitat lo detuvieron. Entre otros aspectos, se cuestionaba su impacto ambiental (la balsa está situada en un espacio protegido) pero finalmente recibió la luz verde ambiental el verano pasado y la urbanística a finales de 2024. Buena parte de la producción eléctrica que genere será para autoconsumo.
Este proyecto se enmarca dentro de una iniciativa más amplia para instalar plantas solares flotantes en diferentes balsas del canal Segarra-Garrigues, con el objetivo de generar energía para el riego y reducir costes. La ingeniería leridana Sivortex, que usará las soluciones flotantes de la francesa Ciel&Terre, desarrolla estos proyectos.
En la región de Murcia, la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena ha puesto en marcha otra instalación solar fotovoltaica flotante de 1,28 MW sobre la balsa de la Trinchera. La instalación responde al modelo de autoconsumo sin excedentes y producirá electricidad que los comuneros van a emplear para bombear y distribuir el agua de riego.
Hay más instalaciones “menores” relacionadas con esta tecnología en España, y otras en proyecto repartidas por diferentes provincias (Toledo, Tenerife, Badajoz…. ), que podrían conducir a que la solar fotovoltaica flotante sume, próximamente, cerca de 40 MW.
¿Y en otros países europeos?
Como en España, este sector está en pleno crecimiento en otros países europeos, si bien -de nuevo al igual que aquí– todavía es relativamente pequeño en comparación con otras fuentes de energía renovable. Pero hay proyectos en todo el continente, ubicados, sobre todo, en embalses, lagos y antiguas graveras. En 2021 había en torno a 1,6 GW de capacidad instalada, con la previsión de que en 2026 esta cifra crezca hasta los 4,8 GW.
La propiedad de estas instalaciones varía. Algunas están siendo desarrolladas por empresas energéticas como BayWa r.e., EDP o Q Energy, mientras que otras forman parte de proyectos en los que participan varias empresas e incluso entidades públicas.
Uno de los proyectos más destacados, inaugurado hace apenas unos días, es el de Les Ilots Blandin, situado en el municipio francés de Perthes (región de Haute-Marne), que suma nada menos que 74,3 MW. Cuenta con más de 134.000 paneles solares que cubren una superficie equivalente a 180 campos de fútbol y es la mayor instalación solar flotante de Europa.
Ha sido construida por Q Energy y Velto Renewables sobre antiguas graveras y podrá suministrar energía anualmente a 37.000 personas. Según los promotores, el proyecto permitirá evitar la emisión de unas 18.000 toneladas de CO₂ al año.
Tres años antes, en julio de 2022, se inauguraba en Portugal un parque solar flotante de 5 MW (considerado en su momento el mayor de Europa), que tiene que soportar grandes olas, unas profundidades máximas de 70 metros y variaciones de nivel del agua de 23 metros. Utiliza para ello la tecnología de Isigenere. Está localizado en el embalse de Alqueva (Alentejo), cerca de la frontera con España y lo opera EDP. La instalación incorpora un sistema de almacenamiento de energía con baterías y recibió un premio de la Comisión Europea por su tecnología pionera.
Reino Unido aporta la planta Queen Elizabeth II Reservoir, de 6,3 MW de capacidad. Tiene 23.000 paneles fotovoltaicos para generar electricidad que alimenta la planta potabilizadora de Thames Water, localizada cerca de Londres, y fue desarrollada por Lightsource Renewable Energy.
Alemania suma varios proyectos singulares, como el parque solar flotante de Cottbuser Ostsee en un lago artificial creado en una antigua mina, con una capacidad de 21 MW; o la primera planta fotovoltaica vertical flotante del mundo, ubicada en el Jais Weiher (Baviera), de 1,8 MW de potencia aportada por 2.500 módulos verticales en orientación este-oeste. Ha sido desarrollada por la empresa SINN Power en colaboración con la planta de áridos Jais y fue inaugurada el pasado mes e abril. De acuerdo con el Instituto Fraunhofer de Energía Solar Systems (ISE), los lagos artificiales de Alemania destinados a la extracción de lignito tienen potencial para albergar hasta 44 GW de solar FV flotante.
En su vecina Austria, se localiza otro sistema solar fotovoltaico flotante de grandes dimensiones –24,5 MW–, en este caso situado en una antigua mina de arena en Grafenwörth (Baja Austria). La ha construido ECOwind, filial de BayWa r.e, en colaboración con el proveedor de energía EVN.
La lista de proyectos singulares ofrece otro punto de gran interés en Países Bajos, donde se está construyendo una planta fotovoltaica marina dentro de un parque eólico, a 53 kilómetros de la costa. Forma parte del proyecto europeo Nautical Sunrise y busca aprovechar el espacio marítimo para generar energía solar, especialmente en zonas con alta densidad de población donde el terreno es limitado. Pero este proyecto experimental no solo va a generar energía, también va a demostrar la viabilidad de la energía fotovoltaica flotante en alta mar y cómo puede integrarse con otras tecnologías renovables, como la eólica. Está siendo desarrollado por varias empresas e instituciones con el apoyo de Dutch Enterprise Agency (RVO)
A por los 77 GW para 2033
En realidad, los proyectos de energía solar flotante se han disparado en los últimos años en todo el mundo, pasando de 68 MW en 2015 a más de 3 GW en 2022, año en el que había más de 1.142 sistemas FV flotantes comerciales a nivel mundial. Dos años más tarde, en 2024, se estimaba una capacidad total instalada de 21,18 GW.
El Banco Mundial calcula que la energía solar flotante podría duplicar esta capacidad ya que hay más de 400.000 kilómetros cuadrados de depósitos artificiales de agua (pantanos, embalses, etc.) en el mundo aptos para albergar este tipo de instalaciones. Wood Mackenzie señala, por su parte, que la capacidad acumulada de energía solar flotante podría llegar a los 77 GW para 2033.
La región de Asia-Pacífico lidera este desarrollo, con China al frente. El país alberga varias de las plantas más grandes del mundo y está utilizando enclaves como viejas minas de carbón inundadas para desarrollar proyectos a gran escala. Algunos de ellos son: Dezhou Dingzhuang Floating Solar Farm (Dezhou), que suma 320 MW de capacidad; Three Gorges New Energy Floating Solar Farm (Huainan City), de 150 MW; y Cecep Floating Solar Farm (Anhui), de 70 MW. Otras plantas significativas en China son Anhui Fuyang Southern Wind-solar-storage (650 MW), Wenzhou Taihan (550 MW), y Xinji Huainan (102 MW).
India también figura entre los principales actores, con proyectos de gran envergadura como NTPC Ramagundam (145 MW) y Omkareshwar Floating Solar Power Park (90 MW). En Indonesia destaca la planta de Cirata (192 MW); Singapur aporta Sembcorp Floating Solar Farm (60 MW); Vietnam, Da Mi Reservoir (47,5 MW); y Tailandia Sirindhorn Dam Floating Solar Farm (45 MW). Japón y Corea del Sur también cuentan con proyectos destacables, aunque algo menores.
En Latinoamérica, la solar fotovoltaica flotante está empezando a desarrollarse con proyectos como Aquasol, de 1,5 MW de capacidad. Emplea la solución flotante de la española Isigenere, y se localiza en una presa hidroeléctrica de Córdoba (Colombia), mostrando cómo la hibridación de dos tecnologias renovables -hidroeléctrica y fotovoltaica flotante- incrementa tanto la fiabilidad como la producción de electricidad limpia.
Cadena de beneficios
Estos son los beneficios más significativos que aporta la energía solar flotante:
• Aprovechamiento del espacio: permite utilizar superficies de agua (embalses, lagos, balsas de riego) que no tienen otros usos productivos, liberando espacio terrestre para agricultura, ganadería u otros fines.
• Mejora del rendimiento de la planta: el agua actúa como un refrigerante natural, manteniendo los paneles a una temperatura más baja. Esto evita el sobrecalentamiento y puede aumentar la eficiencia de la producción de energía en un 2-3% (y hasta un 10-12% según algunos estudios) en comparación con las instalaciones terrestres, prolongando además la vida útil de los paneles.
• Reduce la evaporación del agua: la sombra generada por los paneles sobre la superficie del agua ayuda a reducir la evaporación, lo cual es especialmente beneficioso en zonas propensas a la sequía.
• La sombra también puede ayudar a mitigar la proliferación excesiva de algas y la eutrofización en los cuerpos de agua, mejorando su calidad.
• Menor impacto ambiental: la instalación puede ser más sencilla y requerir menos mano de obra que en tierra, reduciendo la huella ambiental.
• Integración con infraestructuras existentes: en algunos casos, se pueden aprovechar las infraestructuras de embalses y centrales hidroeléctricas, incluso utilizar la energía solar generada para alimentar la propia central en épocas de sequía.
Suma y gana
Se estima que la energía generada por la hidroeléctrica disminuirá en los próximos años debido al cambio climático, al aumento de la temperatura, a periodos más largos de sequía y a otros fenómenos climáticos adversos. Todo ello repercute en los recursos hídricos globales y su disponibilidad, y afecta a la generación de electricidad de estas centrales.
Instalar sistemas fotovoltaicos flotantes en las presas que los admitan ayuda a optimizar el uso de estas instalaciones. Por un lado, se aumenta la eficiencia energética y la fiabilidad del sistema. Asimismo, permite compartir la infraestructura ya existente para las conexiones a la red, y minimizar las limitaciones de tiempo y costes. La combinación de embalses hidroeléctricos y sistemas fotovoltaicos flotantes también ayuda a preservar el agua. Agua que puede utilizarse para riego o incluso para fines de agua potable, sin que la presa deje por ello de producir suficiente energía.
La combinación de energía solar flotante y eólica también puede ofrecer ventajas significativas, como mayor estabilidad en ls producción. Dado que las condiciones óptimas para una no son las mismas para la otra, su hibridación puede ayudar a mantener una producción de energía más constante a lo largo del día y del año. Esta combinación reduce, ademas, la dependencia de una sola fuente y optimiza el uso de recursos ya que la infraestructura necesaria para ambos sistemas puede integrarse (como el uso de la misma infraestructura de conexión a la red).
Este reportaje ha sido publicado inicialmente en ER 243 (julio-agosto 2025)