La energía solar como impulsora de comunidades energéticas en grandes ciudades españolas.
Con el propósito de promover este modelo en Zaragoza, Ecodes ha liderado un proceso para establecer una de las primeras comunidades energéticas de España ubicada en una gran urbe, la cual será administrada por la Asociación Oliver Comunidad Energética, y cuya edificación iniciará en verano con la instalación fotovoltaica mencionada para el autoconsumo colectivo. La energía producida ayudará a reducir la demanda de la red y, por tanto, las facturas de energía eléctrica: un ahorro estimado del 30% en el recibo de la luz, según explicó Ecodes en un comunicado.
La financiación de este proyecto renovable fue viable por haber sido reconocida como la mejor iniciativa medioambiental del año en España por BBVA, siendo premiada en la categoría de Medio Ambiente en los Premios BBVA Futuro Sostenible 2023.
Inclusión de la comunidad en la energía limpia y sostenible.
La energía verde será repartida entre la propia parroquia y aquellas entidades sociales, así como los vecinos y vecinas que quieran unirse al proyecto, abarcando un total de 56 hogares. La participación, asociada al pago de una pequeña cuota anual destinada al mantenimiento y administración de la comunidad energética, está abierta a todo el barrio, con especial atención en los colectivos más vulnerables energéticamente.
La Comunidad Energética de Oliver también será un nuevo espacio de diálogo centrado en la cultura energética y la sostenibilidad, donde se llevarán a cabo actividades de concienciación y formación sobre hábitos de consumo eficiente, facturas energéticas, autoconsumo y bono social a través de una Oficina de Energía. Además de la participación de Ecodes y la parroquia, se cuenta con la colaboración de diversas entidades del barrio, como la Fundación Down, la Asociación de Vecinos Oliver-Aragón, La Bezindalla, la Coordinadora del Parque Oliver, Consolida Oliver y Ddialoga.
Historia de las infraestructuras eléctricas en Oliver.
En 1925 se instaló la primera red eléctrica en la zona, y gradualmente se fueron añadiendo diversos servicios al barrio. Fue en 1932 cuando se construyó el colegio público Juan José Llorente y se estableció la línea de autobús que conectaba el barrio con el centro de la ciudad.
En la actualidad, el barrio apuesta por las comunidades energéticas como un modelo de gobernanza para proyectos energéticos colectivos que buscan empoderar a la ciudadanía en la transición energética. Estos proyectos van más allá de promover la energía limpia, siendo espacios que fomentan la participación, la colaboración y la construcción de compromisos compartidos, así como la práctica del consenso y la creación de comunidad.