En 2013, siete nuevas centrales termosolares con una potencia de 350 MW entraron en funcionamiento en España, elevando la capacidad total a 2.300 MW y consolidando al país como líder mundial en energía termosolar.
La implantación exitosa de la energía termosolar en España se debe a la actividad continua en investigación y desarrollo durante las últimas tres décadas, el compromiso de grandes empresas industriales españolas y la regulación favorable establecida en 2007. La combinación de estos tres pilares ha permitido alcanzar una posición de liderazgo internacional en este sector.
A pesar de la regulación específica establecida en 1998 para el Régimen Especial, que fomentó el desarrollo de energías renovables, fue en 2007 cuando las tarifas propiciaron una importante inversión en centrales termosolares. Esta apuesta industrial conllevó riesgos tecnológicos significativos, ya que las referencias eran escasas en aquella época. La colaboración entre centros de investigación, universidades y empresas a lo largo de la cadena de valor fue crucial para el avance tecnológico del sector termosolar en España.
Reformas regulatorias constantes han afectado negativamente al sector termosolar en los últimos años, con cambios en las condiciones iniciales de inversión. Estas modificaciones incluyeron la introducción de impuestos a la producción y recortes en las tarifas de manera significativa, disminuyendo los ingresos de las centrales termosolares en un tercio.
La reforma energética del 2014 marcó un cambio fundamental en el modelo de retribución, pasando de una remuneración basada en la energía generada a un sistema que considera la potencia instalada y la operación de las centrales. La reforma estableció una retribución a la inversión y una rentabilidad del 7,4% para todas las instalaciones renovables, lo cual ha generado controversia debido a la definición ambigua de “empresa eficiente y bien gestionada”.
No obstante, la reforma no logró restablecer las condiciones anteriores para las centrales termosolares, sino que añadió nuevos recortes a la situación ya existente. Estas medidas han creado desafíos adicionales para el sector termosolar en España, que sigue enfrentando incertidumbre en cuanto a su viabilidad y rentabilidad a largo plazo.Como generar un futuro sostenible para las energías renovables en España
El sector de las energías renovables en España se encuentra en un momento crucial. La incertidumbre en torno al futuro de la termosolar ha generado preocupación entre los promotores y empresas del sector. A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años, la situación actual plantea desafíos importantes que deben abordarse para garantizar un desarrollo sostenible en el país.
Motivación internacional
Después de haber enfrentado múltiples cambios regulatorios y moratorias renovables, el panorama para la termosolar en España es incierto. A pesar de que el país ha logrado posicionarse como líder en el sector, gracias a las 50 centrales en funcionamiento, es necesario considerar el contexto internacional. Las energías renovables, como la termosolar, han demostrado ser efectivas en países con sistemas eléctricos maduros y redes interconectadas.
Por otro lado, existen países en vías de desarrollo que enfrentan un aumento significativo en la demanda de energía y la necesidad de expandir sus capacidades de generación. En este sentido, las energías renovables, especialmente la termosolar, se presentan como una opción atractiva debido a su capacidad de almacenamiento y gestión. Esto garantiza estabilidad en el suministro eléctrico en cualquier sistema donde se implemente esta tecnología.
Una renovable 100% gestionable
La termosolar se posiciona como una alternativa óptima en países con recursos solares y una necesidad creciente de capacidad instalada. A diferencia de otras tecnologías renovables intermitentes, la termosolar ofrece una producción continua y gestionable, sin depender exclusivamente de la disponibilidad de recursos naturales. Esto la convierte en una opción atractiva para garantizar la estabilidad de la red eléctrica.
En España, las centrales termosolares han demostrado su capacidad para adaptarse a la demanda eléctrica nacional, con una producción continua incluso en ausencia de recurso solar. Aunque actualmente no se han utilizado señales de precios de mercado para optimizar su producción, en el futuro podrían diseñarse centrales que se ajusten a los picos de demanda, lo que aumentaría su competitividad.
Perspectivas internacionales
Las empresas españolas del sector de las energías renovables están buscando oportunidades en mercados internacionales, como Marruecos, Emiratos Árabes, Sudáfrica y Estados Unidos. Su presencia se nota en países con planes de desarrollo energético a largo plazo, lo que demuestra su liderazgo a nivel mundial. Sin embargo, la falta de proyectos en España está afectando su capacidad para aprovechar estas oportunidades y mantener su posición competitiva.
En definitiva, el futuro de la termosolar en España depende de la capacidad del país para adaptarse a los cambios regulatorios, aprovechar su experiencia operativa y liderazgo internacional, y desarrollar estrategias que impulsen un crecimiento sostenible en el sector de las energías renovables. Es fundamental que se tomen medidas para garantizar un marco normativo estable y favorable que fomente la inversión y la innovación en este ámbito.